A project by Ana Gutman and Liza Pessah, Mexico City, México
Ánima
Te extraño, es verdad, pero sé que no eras buena para mí. Controlabas demasiados aspectos de mi vida en éste mundo físico. Claro, mi vida no era perfecta, pero ahora me doy cuenta que todo era una mentira. Tu fuiste números binarios en una mundo digital. Imagen, reflejo mío, perdón por matarte, pero lo tenía que hacer.
Me encuentro de rodillas, observando de frente aquella hermosa ofrenda que le he construido, es de color rosa mexicano, su favorito. Incluí algunos elementos tradicionales, cómo una vela y papel picado. Y ella está ahí, en el cubo de resina transparente. Sus datos e información que alguna vez formaron una vida se encuentran paralizados en aquel material sólido. Dentro del cubo, decidí meterle obleas pequeñas de todos los colores: son frágiles y divertidos, tal como ella lo fue. Ella es Ana María, y yo soy Ana María. Ella soy yo, y yo soy ella. Sí, mate a mi persona digital, pero eso no significa que ella dejo de existir. Aquel cubo es lo que queda de ella, está presente en mi mundo terrestre, y es mi mejor amiga. No hay un día que pase sin que la vea, sin que le hable en su altar, pues me brinda tranquilidad. Somos un alma dividida, congelada en el tiempo por toda una eternidad.
La relación del mexicano con la muerte siempre ha sido muy particular. Tradiciones, como la del Día de Muertos, y tendencias tecnológicas, se entremezclan, formando nuevos rituales que fortalecen el lazo entre el individuo y la muerte. En el año 2044, la persona es una dualidad viviente. Es la perfecta unión de dos: la persona física y la persona digital. La presencia digital es tan válida y tan potente cómo la de carne y hueso. Ambas comparten una esencia de tu ser, pero son completamente distintas a la vez. Para algunos, aquella persona digital tiene demasiado poder en su mundo, ha cruzado la tenue línea que los divide. Es común que la persona física quiera liberarse de su otro yo, eliminar a su gemelo digital.
Se puede recolectar toda esa información digital en un chip y enterrarlo en un cubo de resina. Pero eso no es todo. Uno puede decidir cómo quiere el entierro de su muerte digital, puede incluir detalles de objetos o alimentos preciados. Lo puede hacer saturado o minimalista, el chiste es capturar la esencia de aquella persona.
Puedes llevar tu ánima a todos lados, o la puedes mantener en un altar que tengas presente en tu hogar. También lo puedes llevar a celebrar el Día de Muertos Digitales, el cual se lleva a cabo el 5 de Noviembre, sólo unos días después del tradicional Día de Muertos. Éste entonces se vuelve un lugar de recuerdo y duelo personal.
I miss you, it's true, but I know you were not good for me. You controlled too many aspects of my life in this physical world. Of course, my life was not perfect, but I now realise that everything was a lie. You were binary numbers in a digital world. Image, my reflection, I’m sorry for killing you, but I just had to do it.
I'm on my knees, looking straight at that beautiful ofrenda I've built for her, its coloured with the tradicional rosa Mexicano, Mexican pink, her favourite. I included some traditional elements, like a candle and papel picado. And she is there, in that transparent resin cube. Her data and information that once formed a life are paralysed in that solid material. Inside the cube, I decided to put small obleas, a kind of Mexican wafer, of all colors: they are fragile and fun, just as she was. She is Ana María, and I am Ana María. She is me, and I am her. Yes, I killed my digital self, but that does not mean that she ceased to exist. That cube is what remains of her, it’s present in my terrestrial world, and it's my best friend. There is not a day that goes by without me seeing her, without speaking to her at in the altar I built for her, because it gives me peace of mind. We are a divided soul, frozen in time for eternity.
The Mexican's relationship with death has always been very special. Traditions, such as the Day of the Dead, and technological trends intermingle, forming new rituals that strengthen the bond between the individual and death. In the year 2044, the person is a living duality. It is the perfect union of two: the physical person and the digital person. The digital presence is as valid and as powerful as the one of flesh and bone. Both share an essence of your being, but are completely different at the same time. For some, that digital person has too much power in their world, it has crossed the thin line that divides them. It is common for the physical person to want to free himself from his other self, eliminate his digital twin.
You can collect all that digital information on a chip and bury it in a resin cube, but that’s not all. One can decide how he wants the burial of his digital death, and can include details of objects or foods that particularly represent that person. It can be saturated or minimalist, the point is to capture the essence of that person.
You can take your piece of soul everywhere, or you can keep it in an altar that you have in your home. You can also take it to celebrate the Day of the Digital Dead, which takes place on November 5, only a few days after the tradicional Day of the Dead. This then becomes a place of memory and personal mourning. You can also join several modules: modules of friends and family you want to keep together, each of them expressing their individuality through the look of the cube. Together even in digital death. The Mexican and death strengthen their friendship once again, celebrating and living together day and night.